Comer frutos secos, ¿si o no?

Los frutos secos, como las almendras, las avellanas, las nueces, los piñones o los pistachos, están considerados por mucha gente como un alimento “malo” a la hora de mantener la línea pero esta creencia es errónea.

Los frutos secos al natural tienen un perfil nutricional muy destacable, sin embargo éste se ve alterado cuando el producto es procesado para su comercialización. No hay que olvidar que estamos hablando de un alimento muy energético (cerca de 500 calorías por cada 100 gramos) por su elevado contenido en grasa, por lo que si se le añade más grasas en su manipulación, su valor calórico puede aumentar de forma excesiva.

Este aporte energético es lo que hace que se recomiende su consumo a personas que realizan grandes esfuerzos físicos y aunque su abuso puede provocar indigestiones,se recomienda una pequeña cantidad (un puñado) dos veces a la semana.

En España es muy frecuente utilizarlos en muchos guisos de carne. Sin embargo, no es tan frecuente verlos con pescado, cuando sería muy recomendable combinarlos porque se potenciarían los beneficios de los ácidos grasos omega que se encuentran en ambos alimentos, resultando un plato mucho más cardiosaludable. También se aconseja añadirlos en las ensaladas porque las propiedades de las verduras y el aceite de oliva se complementan con las de los de los frutos secos.
10 razones para incluir a los frutos secos en nuestra dieta
1. Las grasas que contienen son mono y poliinsaturadas con predominio de ácidos grasos oleicos y linoleicos, así como ácidos grasos omega 3, los cuales son considerados cardioprotectores porque favorecen la disminución de los niveles de colesterol LDL (el malo) y la subida del HDL (el bueno).
2. Son una buena fuente de hidratos de carbono, proporcionando tanto fibra soluble como insoluble.
3. Presentan propiedades antioxidantes gracias a su elevado contenido en vitamina E, la cual es imprescindible para combatir la acción de los radicales libres y proteger nuestras células.
4. Por su contenido en vitaminas del grupo B están indicados para combatir el cansancio, el estrés y el síndrome pre-menstrual.
5. Aportan un contenido importante en ácido fólico, sobre todo las avellanas y las nueces, por lo que se les recomienda a las mujeres que quieran quedarse embarazadas para favorecer el correcto desarrollo del futuro feto.
6. La cantidad de proteínas que contienen no es desdeñable porque aportan aminoácidos de alto valor biológico, incluso comparables con las del huevo.
7. Son ricos en minerales, entre los que destaca el calcio. También contienen magnesio, hierro, zinc y selenio.
8. Son alimentos muy saciantes 
9. Por su sabor y textura pueden utilizarse en la cocina de diferentes maneras, en cremas, salsas, ensaladas, postres, y un largo etcétera.
10. ¡Están riquísimos!
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